martes, 5 de abril de 2011

Siete personajes en busca de acción

"El taller" Guillermo Pérez Villalta (1979)

Personajes

C. BAUDELAIRE

C. GREENBERG

D. DIDEROT

OSCAR WILDE

MARGHERITA SARFATTI

AZORÍN

JUAN POSTRADO

La acción transcurre en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo que se encuentra dentro del Monasterio de la Cartuja de Sevilla.

ACTO PRIMERO

HABITACIÓN interior con paredes blancas y de techo alto. La sala está completamente vacía, un solo lienzo en una de las paredes, justo enfrente del acceso. El lienzo, la obra “El taller” de Guillermo Pérez Villalta.

(Todos los personajes entran lanzando una primera mirada al lienzo, mientras se van colocando uno detrás de otro. El orden de entrada coincide con sus edades. Por orden de entrada: Diderot, Baudelaire, Oscar Wilde, Azorín, Margherita Sarfatti, Greenberg y Juan Postrado.)

DIDEROT.- ¡Habrase visto semejante luminosidad!

BAUDELAIRE.- (deambulando y mirando hacia todas las esquinas del techo mientras habla) Paseando me hallo entre paredes blanqueadas cuando, una combinación de azules sin piedad, se cruzaron en mi camino. ¡Oh! Ferviente luz y naturaleza que embriagó aquél que el pincel movía siguiendo la sinuosa inspiración de un mar sereno y cálido.

OSCAR WILDE.- Ante tal grandiosidad arquitectónica cercana al mar, el hombre siempre tiene la duda acerca de la legalidad del proyecto. ¿Por qué me dejaría la ventana abierta?

AZORIN.- ¡Andaría mal parado el teatro español si el autor fuera quien actuase!

MARGHERITTA SARFATTI.- (con aire melancólico y los ojos humedecidos por la emoción) ¡Oh! ¡Mi bella Italia! Por muchos años de exilio que pasé en América, jamás podría equivocarme al ver la preciosa costa mediterránea.

GREENBERG.- (muy enfadado y alzando la voz) ¡Vaya vergüenza! ¡No sólo me traen a Europa contra mi voluntad sino que me mienten al decir que era una exposición pictórica! ¡Esto es fotografía!

JUAN POSTRADO.- ¿Cómo que le han mentido? ¡Es un Pérez Villalta! Es pintura en toda su plenitud. ¡Es posmodernismo!

DIDEROT.- Pos… ¿qué?

AZORIN.- Posmodernismo. Lo que la sociedad necesita para que avance. Debemos pensar en el futuro, en las nuevas corrientes.

OSCAR WILDE.- La ignorancia no está en quién pregunta, sino en quien se calla pensando que posee la respuesta correcta. Además, la sociedad no avanza, lo que avanza son las construcciones hacia el mar.

MARGHERITTA SARFATTI.-¡Oh! ¡Mi dolce Mediterráneo!

GREENBERG.- (interrumpe a la señorita) ¡Su dolce no! ¡Su Duce!

BAUDELAIRE.- Deberíais admirar con mayor delicadeza la sensualidad de las líneas confluyentes ante la pasividad de la temporalidad. Mi espíritu sube tres peldaños y se balancea ante un pasillo tornado de sombras y geometría ataviada de color y vivacidad. El mar es el final de nuestra vida. El camino que toda persona ha de recorrer para encontrarle sentido a nuestra presencia terrenal.

AZORIN.- Y con el mar está… ¡La muerte de Sardanápalo!

DIDEROT.- (con gafas de sol para evitar tanta luminosidad repentina) ¿Por qué pintar todo en un solo cuadro pudiéndolo hacer de forma individualizada?

MARGHERITTA SARFATTI.- Es imposible centrarnos en una sola parte. Si conocieras a fondo Europa verías que es impensable representar una única fracción de belleza cuando, en su conjunto, todo es armonioso y una melodía regulada. Esto no es más que una visión óptica ante el tiempo fugaz en el que nos ha tocado vivir.

GREENBERG.- (con burla) ¿Europa? Europa no nos ha traído nada bueno. ¡Fijaros en las dos Guerras Mundiales! Siempre hemos tenido que ser nosotros quienes encaucen vuestros movimientos.

JUAN POSTRADO.- ¡Lo reciente es la era posmoderna! ¡El futurismo ya se quedó atrás hace ochenta años! Pérez Villalta es lo que a Duchamp es a su tiempo. Pintor, arquitecto y escultor en una misma persona. Deberíais saber que en la sociedad actual lo que importa es ser polifacético. Yo mismo soy crítico, periodista y tengo mi propio blog, mi tribuna virtual.

OSCAR WILDE.- De nada te sirve tener un blog si no sabemos lo que es.

JUAN POSTRADO.- En pleno siglo XXI, la mejor forma de dar a conocer nuestra opinión es a través de internet. Gracias al mundo virtual el público puede interactuar con el creador, con el crítico y conocer todo sobre el arte. Los Salones y las revistas especializadas quedaron en el pasado, eran la única toma de contacto con el arte, sin embargo, ahora internet permite darse a conocer con mayor facilidad y a todo el mundo. ¡Hasta vosotros estáis en él!

BAUDELAIRE.- ¿Nosotros? ¿En ese inframundo? La verdadera contemplación se encuentra en los Salones, es la única forma de admirar a través de la cercanía la majestuosidad de la obra. Cualquier desvinculación con ella no es más que caer en la desidia frívola del abandono, irrumpiendo en el ego del autor. La sociedad, a fuerza de contemplar y de copiar, se olvida de sentir y de pensar.

GREENBERG.- ¿Pero cómo es posible admirar la majestuosidad de la obra si ésta impide cualquier tipo de identificación? Nuestros sentimientos sólo son expresables a través del dibujo, de la fusión de colores, de los trazos, de… ¡la abstracción pictórica! ¡Ni que me hubiera muerto hace tanto tiempo como para que no me entendieseis!

DIDEROT.- ¡Un respeto! Os equivocáis todos. Jamás será digno de admirar la obra de alguien que se limita a reproducir lo innatural obviando la intimidad de la penumbra.

AZORÍN.- Siempre estáis con lo mismo. Discutiendo acerca de algo que no tiene ni lógica ni trascendencia. Debemos elogiar el cuadro tal y como es. Disfrutar de la serenidad que el autor nos está mostrando de su querida Tarifa y compartir con él su visión de la realidad. Tenemos que aceptarlo en su esencia. No estoy dispuesto a seguir alimentando esta conversación que no nos lleva a ningún lugar. Prefiero seguir disfrutando de la exposición por mi cuenta.

(Azorín hace mutis por el foro)

ACTO SEGUNDO

BAUDELAIRE.- ¿Por dónde camina la mente del creador? Acompañando a Pérez Villalta en su hogar, el silencio roto por el mar se adentraba en los más recónditos rincones de la casa. Una luminosidad naciente se proyectaba en un techo carente de límites. Combinaciones perfectas de geometría y color se entremezclaban con una naturaleza trastocada por la inútil mano del hombre ¿Viste qué magníficas vistas del mar y la montaña? ¿Viste todo lo que ha hecho el ser humano por destruirla? Avergonzado se halla el autor detrás de la puerta, sorprendido de tal espanto tras haberlo recogido en el lienzo. ¿Dónde está el ser viviente? ¿Dónde más allá del autor espantado? En ningún lado. Su presencia ha destrozado lo que la naturaleza no podría. Yo, que soy un viejo iracundo, me siento aletargado ante una sociedad que no logro comprender.

GREENBERG.- Jamás podrás comprender esta sociedad porque nunca has vivido en ella. Lamento decirte que los valores sociales cambiaron tremendamente tras tu muerte. La grandiosidad de Europa en el arte decayó considerablemente. Ya no era Francia la gran potencia mundial. Eso quedó muy lejos, mi querido compañero. El crítico ya no debe echarse tantas flores, aunque algunos hayan escrito libros sobre ellas. No somos más que una parte dentro del engranaje del arte, pero tampoco la principal.

DIDEROT.- Francamente, tanto dinamismo me sumerge en un estado mental de enajenación. ¡Semejante osadía la del pintor! Intenta imitar la grandiosidad de Velázquez en “Las Meninas” anulando cualquier otra vida y llenando de luz una composición fría y milimetrada, hasta en el detalle más mínimo. Seguramente no habrá contemplado nunca una obra del gran maestro Chardin. Se daría cuenta de que los cinco sentidos son esenciales para la representación pictórica completa.

MARGHERITTA SARFATTI.- Es inevitable que la luminosidad sea la protagonista de la obra, sin duda, sí que ha puesto los cinco sentidos el autor y a ti te hacen falta para poder disfrutarlo al completo. El hecho de entrar en esta sala y contemplar el cuadro es como si nos hubiéramos transportado a la calidez estival. Las vistas, los colores y la alegría nos hace apreciar el encanto del buen clima. Es como si Escher hubiera sucumbido al orden y a la perfección de las matemáticas, rodeado de una viveza de colores similar a la que Dalí supo interpretar en sus composiciones más realistas. Pero aquí no nos encontramos ante una ensoñación, es la realidad más fiel de Pérez Villalta. El juego con las perspectivas y la profundidad junto a la combinación de colores no tienen nada que envidiar a lo que Van Eyck nos quiso mostrar en “El matrimonio Arnolfini”. El espejo también tiene un papel importante, no es nada sencillo que coincida con semejante certeza la composición de la cerámica del suelo.

OSCAR WILDE.- La mayor parte de significados son artificios de los críticos de arte. La preocupación del autor es la propia expresión del entorno en el que se encuentra y la venta del cuadro, muy por encima de toda la artimaña de rimbombantes valores que vosotros os inventáis. Conforme los años pasen cambiarán los atributos del cuadro o incluso se les verterán muchos más. ¿Quién no os asegura que si en cien años hablásemos con el autor se sorprendería ante la cantidad de improperios y sandeces que hemos cosechado a partir de su obra?

JUAN POSTRADO.- Cierto que el cuadro es digno de admirar pero no se adecua con las actuales exigencias de la sociedad. ¿Dónde está el contacto del espectador con la obra y el autor? Sí, muy bonito y colorido. Mucha profundidad. Pero no hay forma de interactuar con su creador. Seguramente, cuando pasen unos años y el autor haya fallecido, nos acordaremos de él pero mientras… ¿por qué no aprovechamos su experiencia? Si algo nos han traído las nuevas tecnologías, no es sólo encontrar cualquier tipo de información sino poder establecer contacto y lazos entre el artista y los receptores, poder interactuar y combinarlos con medios audiovisuales. Os sorprendería visitar un museo de arte contemporáneo en pleno siglo XXI y ver cómo se entremezclan las imágenes, tanto estáticas como en movimiento, con el sonido, la luz y el propio entorno de la obra. Jamás podréis entender el arte posmoderno porque no os ha tocado vivir en él, es imposible hablar sobre una determinada obra si no conocéis el contexto en el que se encuentra.

ACTO TERCERO

(La sala, con todos los críticos de arte se encuentra en penumbra, destacando solamente la presencia de Juan Postrado que, desde el centro de la sala se dirige directamente al público.)

JUAN POSTRADO.- ¿Qué sentido tiene que estéis todos aquí? ¿Y que esté yo discutiendo con gente a la que sólo he estudiado, que ni siquiera he conocido en persona? De nada me sirve estar aquí hablando con vosotros cuando, por mucho que me empeñe, nunca conseguiréis ver mi visión del arte. Aceptar el posmodernismo. Entenderlo. Os quedasteis anclados en una etapa concreta del pasado. Sentasteis las bases de la crítica de arte cada uno en vuestro contexto pero, mucho ha cambiado desde que los críticos eran respetados por la sociedad e incluso tenían más importancia que el propio artista. Ahora necesitáis labraros mucho mejor vuestra carrera y entender una sociedad que evoluciona a una velocidad de vértigo. Esto no es más que un sueño. Quizás una visita que me hubiera gustado compartir. Pero no es real, tangible, palpable. Es sólo fruto de mi mente abofeteada por un exceso de alcohol y grandes dosis de imaginación incontrolada.

(Se oscurece la figura de Juan Postrado)

TELÓN

Texto: Mª José Gata y Juanjo Sánchez